Yo ya no sé si vivo en Extremadura o he sido trasladado a un universo paralelo a pelo y sin haber sido avisado. Tampoco sé si voté bien, mal o regular o sí realmente debería haber participado en la farsa de la pseudodemocracia por aquello del mal menor. Y es que voté a una IU-Ex que no sé si por el empuje de aquello que empezaba a llamarse 15M o por convencimiento íntimo decidió tomar la directa por la democracia y exponer a sus bases y simpatizantes la pregunta del millón: qué hacer con la llave de una Junta que se habían encontrado en el fondo del Guadiana (desaparecemos y aparecemos) matarile rile ron.
Un principio impecable: el personal votó "con su pan se lo coman los partidos de derechas y entre ellos se despedacen por un cacho de poder, nosotros a la oposición anticapitalista". O al menos eso es lo que yo entendí. Y hasta ahora, con sus luces y sombras, IU-Ex había ejercido una oposición light, socialdemócrata. Jugando, eso sí, contra dos contrincantes que tenían las cartas marcadas, teniendo que ceñirse a unas normas del juego totalmente inmorales como aquella del límite del déficit, impuesta por los dos partidos neoliberales de la asamblea (62 contra 3). Había, mal que bien, intentado hacer eso que llaman "oposición responsable" procurando que el grueso de los marrones no nos lo comiéramos los de abajo y consiguiendo que el rodillo pepero español no aplastara tan fuerte por Extremadura.
Se habían saltado el compromiso tácito (no sé si escrito) de ser la oposición anticapitalista en la asamblea y nos habían decepcionado a muchos de sus votantes, pero mirando alrededor no se veía nada mejor: un PP abiertamente de derechas y un PSOE cuyo único fin es tirarse a la yugular de IU e intentar que los ciudadanos olvidemos que ellos y sus políticas económicas son tan responsables como Rajoy de la mierda que tenemos encima.
Pero hay un punto que cualquier partido, no ya de izquiedas, sino socialdemócrata, no debe nunca apoyar, y ese es el de los impuestos indirectos: esos que son iguales para todos seas la Duquesa de Alba o el Gorrilla del Centro, que castigan la necesidad y la pobreza. Es algo que hay que tener muy claro: hay que estar siempre en contra. Pues bien, hace poco IU-Ex simplemente se ha abstenido (no votar, como Casco, queda muy chulo y outsider pero también es abstenerse) y gracias a ello tendremos el carburante y el agua más caros. Todos. Por igual.
Y cada vez más miro a la asamblea y no si hay una voz que me represente, aunque sea un poquito.
Un principio impecable: el personal votó "con su pan se lo coman los partidos de derechas y entre ellos se despedacen por un cacho de poder, nosotros a la oposición anticapitalista". O al menos eso es lo que yo entendí. Y hasta ahora, con sus luces y sombras, IU-Ex había ejercido una oposición light, socialdemócrata. Jugando, eso sí, contra dos contrincantes que tenían las cartas marcadas, teniendo que ceñirse a unas normas del juego totalmente inmorales como aquella del límite del déficit, impuesta por los dos partidos neoliberales de la asamblea (62 contra 3). Había, mal que bien, intentado hacer eso que llaman "oposición responsable" procurando que el grueso de los marrones no nos lo comiéramos los de abajo y consiguiendo que el rodillo pepero español no aplastara tan fuerte por Extremadura.
Se habían saltado el compromiso tácito (no sé si escrito) de ser la oposición anticapitalista en la asamblea y nos habían decepcionado a muchos de sus votantes, pero mirando alrededor no se veía nada mejor: un PP abiertamente de derechas y un PSOE cuyo único fin es tirarse a la yugular de IU e intentar que los ciudadanos olvidemos que ellos y sus políticas económicas son tan responsables como Rajoy de la mierda que tenemos encima.
Pero hay un punto que cualquier partido, no ya de izquiedas, sino socialdemócrata, no debe nunca apoyar, y ese es el de los impuestos indirectos: esos que son iguales para todos seas la Duquesa de Alba o el Gorrilla del Centro, que castigan la necesidad y la pobreza. Es algo que hay que tener muy claro: hay que estar siempre en contra. Pues bien, hace poco IU-Ex simplemente se ha abstenido (no votar, como Casco, queda muy chulo y outsider pero también es abstenerse) y gracias a ello tendremos el carburante y el agua más caros. Todos. Por igual.
Y cada vez más miro a la asamblea y no si hay una voz que me represente, aunque sea un poquito.
1 comentario:
Para los que no creemos en la democracia representativa, la gente que como tú tiene una visión crítica y no un servilismo fiel, nos es muy útil.
Hacer ver que mirar con desconfianza a aquél que le han dado las riendas de tu futuro es un mínimo necesario. Sea del color que sea.
Dejar de depender de ellos y autogestionarnos sería mi objetivo.
Fdo: kancerperrah!
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