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lunes, abril 15, 2013

¡Ábrete un videoclub, Pepe!



     El sistema nos envenena con sus palabras, busca nuestros sentimientos de culpa por haber pecado contra el dogma. Por haber puesto en duda que la fe liberal es el camino, la verdad, y la vida. Los pobres somos pobres porque queremos, porque no nos esforzamos, porque no creemos en el sueño capitalista. Porque no emprendemos. 

     Ahora que parece que el pueblo empieza a balar con bala, sacudiéndose la lana, conviene ocultar la palabra empresario y ha llegado la hora de bombardearnos con el emprendedor, el self-made man, el puto amo que se come el mundo. Monago (e imagino que el resto de presidentes no andarán muy lejos) se ha empeñado en que no quede parado extremeño sin su videoclub abierto. Necesitan adelgazar sus antiestéticas listas del paro y han elegido el pan para hoy y hambre para mañana. Nos hablan del montón de ayudas que nos van a dar para que nos convirtamos en profesionales liberales que dinamicen el mercado extremeño. ¿Abriendo tiendas? ¿Qué más puede hacer una persona sola, en su mar de economía y competitividad (con ministerio y todo), si no es darse a sí misma un empleo precario e intentar sobrevivir? Se incentiva el autoempleo en el sector servicios (poca cosa más en otros sectores), es decir, no se produce nada, o muy poco, aunque se quiera, puesto que formamos parte del sacrosanto mercado libre de regulación. No se piensa en la creación de empresas públicas, de empleo público: empresas que cuenten con los fondos para nacer y mantenerse, que den ejemplo de trabajo estable y digno. Que produzcan bienes necesarios y que tengan prioridad por delante de las privadas. 

     Pero vamos y emprendemos. Y como el poder prefiere que la banca sea privada y que no haya ni tan siquiera un atisbo de banco público, no nos queda otra que meternos en la boca del lobo, que nos prefiere pipiolos y nos hace preferentes hasta el año 2999, ¡eso es tenernos cariño! 

     Suena bien eso de preferente, como sonaba bien eso de clase media: con su coche, su casa y su perrito. No ser clase media también era pecado, sólo eran proletarios los haraganes, nadie era obrero porque eso era cosa del pasado y ya no existían las clases. Nadie oprimía a nadie y todos éramos remeros en el mismo barco y con los mismos objetivos. Amancio, Botín y tú, colegas. 

     Una vez emprendidos empieza a comernos la mierda dentro de la selva desregulada. En nuestra Extremadura rural y dispersa no cabe un negocio familiar más y nos vamos a pique, llevándonos con nosotros el perrito, el coche y la casa. Botín ya no es tan colega y nos envía una banda armada pagada por todos para que nos eche de casa y para vigilar que nuestros hijos, esos terroristas, no se enfaden mucho no sea que hagan llorar a los hijos de la élite, que son más sensibles por su distinguida condición.

     ¿No sería mejor una economía controlada, social y productiva? Pues según parece, no para el poder. Ellos prefieren que después de bajarnos del ladrillo nos subamos al videoclub. Les parece mejor que emprendamos.

1 comentario:

My Brave True Hero dijo...

Este mensaje debe servir para abrir los ojos a nosotros para luchar por nuestros derechos.