¡Qué pasa, colega! ya ves, como sin conocerme de nada me mandas una carta a mi casa hablándome de "tú" y como si nos hubiéramos emborrachado juntos cuarenta veces, yo te correspondo y te falto igualmente al respeto porque es lo guay y lo chupiprogre.
Lo primero de todo, s'hurmano, es pedirte que no te rayes conmigo porque tarde en contestarte, porque me invitabas a mí y a otros "jóvenes" a que te ayudara a hacer cosas por "nosotros" en el parque de la Paz de Zafra a eso de las 6. Pues bién, aunque tarde, mi ayuda, primo:
Primero, métete tu tuteo, tu buenrrollismo y tus palabras huecas e idiotas que insultan a mi inteligencia y la de todos los que hemos recibido esta carta donde mejor te parezca, amiguete.
Segundo, tengo 33 tacos, así que procura no alargarme la juventud peterpaniana ofreciéndome gilipolleces cómo hacer breakdance, percusión o pintarrejear paredes mientras un teletabi de felpa con el careto de Vara se descojona de nosotros y tratáis de infantilizarnos sine die. A ver, es fácil, lo que buscáis es que nos parezca normal que nuestra vida laboral sea algo entendido como provisional hasta cerca de los 40, pero no porque vuestra política de derechas nos venda con la connivencia de CCOO-UGT, si no porque somos guays y hacemos pintadas y Mr Guille nos comprende. Coño, pues dilo así, que no tenemos 5 años.
Y tercero, los eslóganes, los éxitos de otros jóvenes gracias a lo guapos que sois los del PsoE y demás mentiras se las contáis si queréis a los que gustan de anteojeras y pasan de mirar críticamente.
Pues venga, colega, ha sido imposible la charleta personal que tan feliz te hacía, pero ahí te dejo lo que pienso de tu forma de tratarnos a los electores como idiotas. No me jodas.
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