Rajoy agua (arrollados por el tren nuclear).

Se asoma al balcón y ve la calle desierta. Sólo los desechos de la rave roja y gualda de la noche anterior, programada para celebrar deshechos, nodichos y programas hueros que conquistan poderes finitos, sólo de aquí a Berlín, o a la cueva de ladrones del Fondo Monetario Internacional, otrora comandada por un antiguo rival. Fuma, mira el montón de papeles sobre su mesa y lanza un suspiro envuelto en humo, cinematográfico y fatal: joder, siempre perdiendo y tengo la puta mala suerte de ganar ahora...

Pues ya tenemos aquí a Rajoy. Tener es un decir, porque el niño ganó la cosa esa de las generales de la democracia representativa y lo único que ha dicho desde entonces es que "habrá que gobernar". A saco, nunca mejor dicho. Nos esperan recortes por un tubo, caras de perro, ser tratados como delincuentes en potencia por ser asalariados y además como privilegiados-carnes-de-linchamiento si encima el que paga es el estado. Removerán odios y bajas pasiones para que nos enzarcemos a dentelladas entre los de abajo, para que culpemos a los funcionarios, a los emigrantes y a los pobres de todas nuestras estrecheces mientras ellos rebajan más los impuestos a los ricos a los que ponen alfombra y ante los que doblan el lomo. ¡Bendita escasez, santa patrona del capitalismo! ¡Bienvenidos al saqueo!

Y saldrán ganando, nos pasarán por encima, nos arrollarán, porque son un tren nuclear. Porque el mal ya está hecho, ya se ha consumido el uranio, ya se ha convertido el agua en gas, ya se ha transformado en electricidad y ya me ha permitido escribir esto en el PC, porque ya sólo quedan los residuos y vienen para quedarse. Llegaremos tarde, ahora los autodenominados sindicatos de trabajadores, esos mayoritarios CCOO y UGT querrán lavarse la cara y nos llamarán a la lucha contra "la derecha", contra esa misma derecha a la que han servido de mamporreros cuando tenía la cara de su ZP, pero ya estará todo atado y bien atado.

Piensa que tiene porte de galán, que toda Extremadura suspira por sus huesos de bombero deportista, le apasiona salir en portada, chupar cámara y que le llamen barón. Es un tío grande: conquistó el bastión inexpugnable. ¿Por qué le quieren chafar el cuento? ¿Aquello no era un cheque en blanco? ¿Por qué -piensa- me joden mi sueño?

El niño prodigio que iba a sacar a Extremadura de la crisis, que nos iba a hacer la rehostia en verso y que se pavonea delante del Ibex-35 aún está por hacer como que gobierna. Su supergabinete de los mejores le ha salido de chichinabo y a él se le acaban las frases demagogas y las estupideces felices que hacer titulares en prensa. Bate records de paro a mayor ritmo que el otro gran especialista, ahora en el banquillo; trata de recortar la universidad pública o si no la educación no universitaria o si no en tizas, como diría el imbécil de su portavoz, mientras mira para los lados y se pregunta pero por qué no me dejan en paz, que yo sólo quiero el paripé de ser presidente y sacar pecho. Lanza Monago unos presupuestos infumables y el PSOE aprovecha para meter cizaña a la izquierda, llamándola vendida y pactista, y se jacta de las dimisiones de miembros de IU mientras en sus filas no dimite ni dios.

En IU se dimite aun con sus mejores resultados en unas generales en Extremadura, por motivos de coherencia política. Cada uno tendrá sus razones, pero serán eso: razones dentro de las formas de entender la ideología. Lucha política, la mayoría de las veces, no pelea por conseguir puestos, asientos o poltronas. También habrá aprovechados intentando meter la patita y vivir del cuento, pero por ahora parece que el trío de portavoces en la asamblea atiende, mal que bien, al sentir de las bases.