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jueves, septiembre 20, 2012

Merendando a dos Carrillos.

Me gustan las meriendas frías, así que he esperado a que el cuerpo estuviera fresquito para tirarme al barro. Aunque después me he enterado de lo de la incineración y me he quedado un poco fuera de juego. Pero por otro lado era de esperar: después de tanto fumar querría acabar siendo él mismo un cigarrillo.

El caso es que la muerte de Carrillo nos cogió aún con el cava del adios misterioso de Espe abierto, y por no tirarlo muchos lo han usado también para este evento, que no están las cosas como para ir derrochando. Y es que las redes sociales hervían (si no meto un #ranciofacts no soy persona) la misma tarde de la defunción del antiguo dirigente del PCE y mi primo el de la peluca se llevaba hostias para el cielo o el infierno por los dos lados de la cara. Después de estos dos días la biografía del susodicho ya nos la sabemos más o menos todos, grosso modo: luchador antifascista, macho que más mea del PC, hombre de estado, traidor a su partido, papi de la consti, amiguito del PSOE, tertuliano y fin de fiesta.

Como se pueden imaginar, por el carrillo derecho las hostias le vinieron en forma de Paracuellos, genocida, comunista (como insulto ¿?!) y ya de paso que se había muerto él nos deseaban la muerte a todos los rojos habidos y por haber y decían Arriba Espaaañiia como el día antes habían dicho Arriba Esperanza. Vamos, litros de babas y ojos ensangrentados, lo normal y lo que se podía esperar.

Por el lado izquierdo, a parte de pésames pastelosos que obviaban la última etapa del político o pésames críticos por la muerte de un antifascista también hubo babas por arrobas y venas hinchadas a lo María Patiño. Se le recriminaba por algunos sectores su mano férrea y sus purgas en el partido, su abandono de la lucha interior después de la guerra, cuando le dio por lo de la reconciliación nacional y su regalo de un PC eurocomunista y sumiso a los amos del régimen en aquello de la transición.

Y yo me pregunto ¿todo lo hizo él? ¿él solo? ¿se ponía a puerta gayola y decía, venga comunistas aquí, que me los como? Tengo entendido que por los 70 el PC era la hostia de fuerte, ¿y un sólo tío se lo pudo cargar? Queda bonito eso de echarle las culpas a uno solo para diluir la culpa colectiva, la culpa de los que en aquella época eran la izquierda radical del país y se dejaron comer por el régimen, por el miedo, por la esperanza en el futuro o por lo que fuera. Pero no creo que fuera sólo Carrillo el que dijera, vivalrrey, vivalarrojigualda y vivalamadrequemeparió. Y aunque se lo hibiera cargado el sólo, de eso hace 30 años. Si en 30 años el comunismo español no ha sabido reorganizarse y conseguir lo que fue un día dificilmente va a ser culpa de un Carrillo (sí, traidor) que ya estaba fuera.

-Seño, seño, es que no traigo los deberes porque Manolito me los ha robao.
-Por dios Paco, ¡tienes 30 años y eso fue en párvulos!

Claro, no olvidemos el fin del leninismo en el PCE de la mano del Santi, que también fue de traca. Muchos autodenominados defensores de los obreros, los más rojos entre los rojos, que no dudarían en quedarse ellos y los cuatro puros mandándonos a los demás al gulag se inflamaban y se liaban a hacer la revolución. Eso sí, a base de tuits. Joder, al menos el puto Carrillo ya se echó al monte en el 34, así que esos superrojos o cogen la metralleta y se meten en un banco o cogen la lengua y se la meten en el culo. Porque lo mismo que ellos estén parados tamién es culpa del tío del cigarro.

En fin, descanse en paz. Sólo es un muerto, ni más ni menos.