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martes, enero 20, 2009

¡Obamado sea dios!

Obama inventó las matemáticas y los tangas. Obama ha ganado la Champions League y tiene tres anillos de la NBA. Obama es amigo de Spiderman y de Batman. Obama tiene la cura contra el SIDA y el cáncer. Cuando House ve a Obama se pone simpático. Obama compuso las canciones de los Beatles y de Raphael. Obama va a acabar con el cambio climático, con la crisis económica, con el conflicto palestino-israelí y va a llevar al Badajoz a primera. Obama va a cerrar Guantánamo y va a encontrar a Bin Laden. Obama descubrió América y la sopa de ajo. Cuando Dios Y Chuck Norris se dirigen a Obama le hablan de usted...

Señoras y señores, con todos nosotros, el mesías. Ya está aquí el nuevo presidente del mundo libre, el deseado por todos, el inmaculado. Por encima del bien y del mal, el señor Barack Hussein Obama. ¿Ya están listos? Bien, pues preparense para la decepción.

"Probablemente Obama no existe. Deja de ilusionarte y prepárate para más de lo mismo."

sábado, enero 10, 2009

El fantasma de las navidades pasadas.

Lo de siempre: va un fantasma y se aparece al viejo avaro para mostrarle como era él de chiquinino, y después dos colegas suyos le hablan del presente y del futuro. Total, para acojonarlo y que se convierta en un ser bueno y sean más felices él y los que están a su alrededor. El cuento nos lo sabemos todos. A mí ya se me ha aparecido el de las navidades pasadas. De estas últimas, concretamente.

Un tal "Crisis del Sistema Económico", así, con dos apellidos y partícula en el primero, que da más empaque. Lo primero que hizo mi primo fue llevarme al 22 de diciembre, para que yo también me regodeara en la orgía capitalista de la lotería, esa que sirve para mantener el sistema a flote, para que todos piensen que ellos también pueden ser ricos, que cualquiera puede serlo, y que por eso es bueno que haya ricos y pobres, arriba y abajo, poderosos y sumisos. Orgía imbécil, donde unos pocos son los que nos dan por culo a todos. Me mostró la alegría y el cava, y me recriminó que yo no hubiera participado en el sorteo, tan navideño, tan tradicional, tan alegre.

No se olvidó de que aquella, ante todo, es una fiesta religiosa, y me acercó a tierra santa, para que me sintiera más cerca del niño de dosmil años. Con la sonrisa de oreja a oreja: ¿ves? aún siguen los compatriotas del niño luchando contra los infieles. Ahora les va un poco mejor, tienen la ayuda de los EEUU, que están capitaneados por un fanático de Cristo. Y el niño, claro, le ayuda. Habrá quien se queje de las matanzas, pero los otros son terroristas, y sus niños, peor, que después de esto seguro que ya están pidiendo plazas de kamikazes, aquí nadie es inocente, me dijo. Cierto, nadie, y menos nosotros, los que miramos con pasividad desde nuestras chupiguays democracias occidentales, aplaudiendo el genocidio con la boca pequeña, pero aplaudiendo, porque sólo unos son terroristas, y con niños de escudos humanos, ¡dónde se ha visto eso! aquí, por ejemplo, en los cuarteles de la guardia civil no hay niños, como es de cajón, porque no nos gusta usar inocentes como escudos humanos...

Cambiamos después el año, con nuestra uvas y todos, y nos fuimos de rebajas, porque lo más importante es consumir, comprar, gastar. Que se mueva el dinero, no vaya a ser que dejemos de pedalear y nos peguemos la hostia, que la única solución es ir aumentando la velocidad de camino a la nada, porque si no el sistema se resiente y llegan los parados, cienmil ya en lo local, 3 millones en lo nacional. Y todo por culpa de vosotros, que no queréis gastar, que no queréis trabajar 65 horas semanales, que no queréis que despediros sea gratis. Pobres empresas, que con el dolor de sus corazones tienen que deslocalizarse, los obreos no tienen corazón.

Y al final me dejó caer aquí, me miró inquisitivamente esperando mi conclusión, deseando que por fin me hubiera convertido al sistema, el único bueno y loable. Pero yo no le dije nada. En fin, me dijo, tú lo has querido, entonces tendrán que visitarte mis colegas. Y ándate con ojo, porque ellos no son tan simpáticos como yo.