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sábado, abril 25, 2015

The Swimming Dead.

 Se oyó el estruendo poco después de la cena.

Los niños remoloneaban en el salón antes de irse a la cama mientras sus padres atendían cada uno a la pantalla de su teléfono. Levantaron la cabeza, asustados. Cruzaron sus miradas y, sin hablar, decidieron salir a echar un vistazo. En el vecindario también se veían otras casas con las puertas abiertas y sus habitantes buscando la razón del ruido. Dejaron atrás su patio delantero de clase media-alta y se internaron en el de los vecinos, que miraban con estupor el autobús que se había empotrado contra la verja de la urbanización. Al parecer, había chocado a toda velocidad y ahora se veían cuerpos diseminados por la carretera y el fuego, que se había quedado dentro del vehículo, quizás resguardándose del frío de la noche.

"Dios, esto es una tragedia" se oía comentar a los curiosos. "Hay que hacer algo". Alguien sugirió llamar al 112, pero un vecino ya se había adelantado y había llamado a la Guardia Civil, "ellos sabrán lo que hay que hacer". Mientras esperaban a la autoridad no podían dejar de mirar la escena. Algunos cuerpos se retorcían, no sabían muy bien si porque siguieran con vida o por contracciones de los músculos muertos. "Papá, ¿qué ha pasado?" "Nada, vuelve dentro de casa" "Pero..." "No es nada, ya vienen a hacerse cargo"

Llegaron los bomberos, dos coches de la Guardia Civil y un par de ambulancias de las que emergieron diez personas embutidas en monos blancos, que se acercaron a los cuerpos que habían salido despedidos y empezaron a retirarlos de la calzada. Mientras los bomberos apagaban el fuego los guardias trataban de interrogar a los pocos que parecían con vida. "¿De dónde venís?" "¿Qué queréis?" "¿Quién es el responsable?"

A lo lejos, los vecinos se habían reunido y comentaban la tragedia, tratando de buscarle una explicación y deseando que se solucionara de la mejor manera posible.

Volvieron a casa. "Papá, ¿se ha arreglado todo?" "Claro que sí, todo está solucionado. Retiraremos la valla y pondremos un muro de hormigón". Las sirenas de los bomberos dieron paso al ruido de los operarios de limpieza.

Y, tranquilos, se fueron a la cama.