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domingo, junio 12, 2016

I want to believe.

    Era el lema que se leía en el poster que Fox Mulder tenía colgado en su despacho. Se pasaba la vida buscando extraterrestres, sin encontrarlos. Pero él quería creer.

    A mí me pasa un poco lo mismo con las nuevas-viejas elecciones parlamentarias. No ya porque todos los partidos que se presentan con probabilidades de ocupar escaño nos traten como gilipollas, tirando de infantilismo, mensajes vacuos y giras interminables por platós de televisiones, que ya carga bastante. Sino porque hasta Izquierda Unida se ha sumado a la caravana de feriantes vendehumos en la que se ha convertido el tueste electoral. El partido serio del "programa, programa, programa" se pasa a las estupideces ñoñas de corazoncitos, besitos y gatetes que tanto le gustan al oso que le abraza.

    Veo esa amalgama jipi que han formado Podemos y la casi extinta IU y tengo ganas de creer, pero me cuesta muchísimo. Ni hoz, ni martillo, ni lucha de clases. El comunismo y la socialdemocracia son cosas de viejos. Pymes y entrepreneurs patrióticos. Besitos en la boca. Sonríe, sonríe. Sonríe, gilipollas. Poco o nada queda del Podemos que se presentó a las elecciones europeas. Ahora son un PSOE light, que también busca esconder la S y la O en su camino a la Moncloa. Y por el otro lado, por el del ajado Garzón de treinta años, aunque me esfuerce sólo veo un ejército rojo, cautivo y desarmado después de que las tropas prosistémicas hayan alcanzado sus últimos objetivos militares. El espejismo del 15M ha terminado.

    Al menos nos queda el consuelo de que las elecciones no han caído otra vez en navidades. Porque sino quizás los del programa de IKEA lo mismo nos habrían vestido a Anguita de Papá Noel en la propaganda o nos habrían enviado chritmas con Errejón como Niño Jesús. O pensar que todo es estrategia, que no se han olvidado de nosotros, los obreros, y tratan de tomar el poder con las armas del enemigo.

    Sólo espero que tras el 26 de junio no se nos hiele la sonrisa ni se nos infarte el corazón. Quiero creer, de veras.