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miércoles, abril 02, 2014

Hasél, Pablo.

Pues ya lo saben: a eso que, con no pocas dosis de humor negro,se autodenomina justicia le ha parecido escuchar la palabra cultura y se ha echado la mano al cinto, rápida como John Wayne. Al rapero Hasél le clavan dos años de cárcel por escribir ripios que molestan al poder y llegan a la gente.

Enaltecimiento del terrorismo, dicen los payos de la Audiencia Nacional heredada del franquismo. Desde mi cortedad, echo mano del diccionario de la DRAE y me encuentro con esto:

terrorismo.
1. m. Dominación por el terror.
2. m. Sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror.
3. m. Actuación criminal de bandas organizadas, que, reiteradamente y por lo común de modo indiscriminado, pretende crear alarma social con fines políticos.

Es decir, siguiendo lo que dice la Academia, parece ser que los GRAPO no actuaban sistamáticamente usando el terrorismo. Es más, revisando la lista de víctimas de la organización revolucionaria, la única acción que podría tildarse de terrorista ("indiscriminada") sería el atentado contra la cafetería California 47, que tiene tanta pinta de haber sido obra de los GRAPO como el 11M de ETA. Por tanto, poco terrorismo ha enaltecido Hasél al cantarle a presos políticos como el comunista Manuel Pérez Martínez o el anarquista Amadeu Casellas. 

Pero, claro, eso al poder le da lo mismo, porque en la escalada del estado policial al estado militar necesitan ir metiéndonos dentro el miedo. Decían que sin "violencia" se podrían defender todas las ideas, pero niegan al pueblo catalán el derecho a votar sobre su futuro, mantienen a Otegi en la cárcel o encarcelan a raperos por sacar la rabia a golpe de ripio. Porque para ellos todo lo que se sale de su norma es terrorismo. Con unos años de atraso con respecto a su territorio original, la Zona Especial Norte ha llegado hasta Melilla, donde los condecorados matan impunemente, al parecer sin terror, violencia ni alarma social.

El caso Hasél no es más que la constatación de la existencia de la policía del pensamiento. Ojo, ya no es que mates, ya no es que no "condenes", es que es obligatorio llorar, como en la tumba de Kim Jong-il o en la de Adolfo Suárez. 

Y mientras el jefe de estado es un rey golpista, el gobierno lleva a la indigencia a la clase obrera y reparte el expolio entre la plutocracia, el fascismo expresa sus ideas terroristas ( que son consideradas chiquilladas de chavalines) con escolta policial y alfombra roja  y la televisión insulta a los que se manifiestan por pan y trabajo. Y a los jueces del Tribunal de Orden Público les parece lo normal.